viernes, 30 de enero de 2009

Es el año 3012...

El abuelo se sienta en su sillón favorito, atiza un poco el fuego de la chimenea, se aclara un poco la garganta, solo para hacer crecer la tensión y la expectativa q generan sus historias.

-Niños -dice el abuelo- os voy a contar una historia muy dura y entrañable: La Tierra no siempre fue igual a como la conocemos hoy en día y sus habitantes no siempre se han comportado como lo hacen ahora. Hace mil años la Tierra estaba dividida en parcelas, q sus gentes llamaban Estados o Países o Naciones, cada una de estas Naciones tenían una frontera q no se podía cruzar sin permiso, incluso tenían ejercitos q la defendían. Dentro de esas Naciones habían divisiones de parcelas mas pequeñas, las Regiones o Provincias. Existían muchas diferencias en la forma de hablar, había una bandera por cada Nación conocida, diferentes religiones, diferencias sociales en regiones q hacía q sus gentes se dividieran en ricos o en pobres, o según el dios al q adoraban. La humanidad estaba totalmente dividida. Habían intereses oscuros, impuestos por parte de las Fuerzas Involucionistas para intentar mantener al Hombre de ese Humanidad mas y mas dividido. Sin embargo, era ese parte del reto q se había plantado la evolución de planeta y los seres q en el viven: Adquirir conciencia contra resistencia. Evolucionar incluso con una resistencia impuesta.

Estás Fuerzas Involucionistas, sin embargo, hacian muy bien su trabajo de mantener al Hombre dormido y separado. Eran verdaderos autómatas, dominados por la rutina de cada día. Con eso estaban a gusto: Un trabajo fijo, 2 días por semana libres y un mes de vacaciones al año eran las aspiraciones de la mayoría de los seres de la Tierra. Contradictorio, pues aunque siendo cosas irrisorias, una gran parte de la humanidad no las poseía, las dos terceras partes de la tierra era miseria extrema y hambre. Los pasos para evolucionar eran muy lentos, el Hombre de la humanidad era muy inestable, podía matarte por nada y a la vez dar la vida por un hermano, era un extremista en un mundo muy dual. Muy blanco o muy negro. Ya era necesario q la población, o una buena parte de ella, lograra transmutar conscientemente el odio por amor, la oscuridad por la luz. Era necesario entender q no se hacía nada en el hecho de amar a quien te ama, o apreciar con buenos ojos lo bello. Era necesario darse cuenta que aceptando la Oscuridad y haciéndola transmutar, poco a poco o de golpe, a fuerzas luminosas capaz de manifestar amor era lo q haría aumentar el nivel de vibración de frecuencia amor-consciente lo necesario para poder dar el gran salto evolutivo. Fueron pasos lentos, difíciles, a veces despreciables. Pero cada vez mas gente optaba por alinearse a un bando, fuera Luminoso u Oscuro, hasta llegar a tal punto q los seres luminosos, Guerreros de Luz, podían manifestar una fuerza de Amor a muy alta frecuencia, que era aun mayor en momentos de meditación.

No hubo necesidad de muchos seres de luz (los seres oscuros los superaban en numero, mas no en presencia) para poder ayudar al planeta, a todo su ecosistema, a cada una de las especies, a apreciarse nuevamente los unos a los otros, a disfrutarse y valorarse. Fue, sin duda, una aumento en la calidad y en la frecuencia de energia positiva (o amor) de la raza humana... la raza destinada a crecer y evolucionar en esta roca a la q tanto amamos.

Así, en uno de los últimos meses del año 2012, hace un milenio, la Tierra festejo, junto con representantes de todos los planetas, su evolución, el ascenso de las fuerzas de la Luz por sobre las de Oscuridad. El descubrimiento, por parte de la Humanidad misma de su propia Esencia Divina.


Onirem Ogaitnas.

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